La alta resistencia del acero por unidad de peso permite estructuras relativamente livianas, lo cual es de gran importancia en la construcción de naves metálicas de grandes luces y estructuras cimentadas en suelos blandos.
Las propiedades del acero no se alteran con el tiempo, ni varían con la localización en los elementos estructurales.
El acero es el material que más se acerca a un comportamiento linealmente elástico hasta alcanzar esfuerzos considerables.
El acero tiene la capacidad de absorber grandes cantidades de energía en deformación (elástica e inelástica).
El acero permite realizar casi la totalidad de la estructura en taller, obteniendo una gran rapidez de montaje en obra, limpieza en su ejecución y exactitud dimensional.
El acero se encuentra disponible en una amplia gama de perfiles, tamaños y formas.
Las estructuras de acero pueden adaptarse a cualquier solución estructural deseada por el proyectista.
El acero permite una gran facilidad de combinación con los elementos que conforman la piel del edificio y con una amplia variedad de forjados.
El acero se puede cortar, taladrar, puncionar, doblar, soldar, conformar, etc.
El acero permite modificaciones y/o ampliaciones en proyectos de manera relativamente sencilla.
La velocidad de construcción en acero es muy superior al resto de los materiales.
El acero es un material 100% reciclable, además de no generar residuos contaminantes.
La rapidez y ejecución de las estructuras conlleva un notable ahorro de los costes financieros de la construcción. La mayor ligereza estructural implica también una disminución el coste de las cimentaciones.
La novedosa gama de paneles de hasta 10 cm. de espesor en poliuretano hace además gran aislamiento acústico y térmico en cualquier superficie, ya sea cubierta o fachada.
Por la gran variedad de perfiles, modelos y colores, permite dar al edificio una estética y originalidad más personalizada.